jueves, 23 de julio de 2009


La Historia, como ciencia social es muy importante, porque trata de descubrir las leyes que han regido los hechos del pasado, con el objeto de precisar la marcha de los acontecimientos humanos en el presente y en el futuro.La Historia es también un arte. Ella trata de reconstruir, dentro de lo posible, los hechos del pasado, para que los pareciemos en su propio ambiente, como si nuevamente ellos se repitieran, a fin de que nosotros los admiremos y aprovechemos.
La Historia como disciplina académica pretende, puede y debe producir conocimiento científico y verdades históricas (no absolutas sobre el pasado) que tienen un estatuto gnoseológico (del conocimiento) y pragmático (de la práctica) muy diferentes al de otros conocimientos que también aluden al pasado: el mítico, religioso, mágico o legendario.Las disciplinas históricas pretender analizar, comprender y explicar narrativamente el proceso dinámico evolutivo de las sociedades humanas, y lo hace sobre la base del estudio e interpretación de las pruebas pertinentes legadas y disponibles sobre el pasado.De este modo, las ciencias históricas cumplen una funcionalidad social y cultural de primera importancia en nuestros tiempos y sociedades, como lo hizo la literatura histórica desde la Antigüedad hasta la Edad Contemporánea.Sin embargo, la practicidad de la historia científico-humanista se apoya en una necesidad social y cultural evidente: la exigencia operativa en todo grupo humano de tener una conciencia de su pasado colectivo.

La lectura nos ayuda a tener contactocon la información y a traves de los textos escritos se logra un proceso de intercambio social, es decir que, la comunicación,es un trabajo y debe estar incluido en todo proceso de la vida humana.

Leer a Borges implica como siempre engancharse en una experiencia que exige un alto nivel cultral, unas ganas tremendas de conocer algo nuevo y la participación atenta del lector que, generalmente, quedará agradecido por leer tales páginas. Desde luego que volvería a leerlo, pues lo he hecho al menos en tres ocasiones y siempre he encontrado una especie de placer distinto en cada ocasión que lo he hecho. No se trata de una novela ni estrictamente hablando de cuentos, sino de relatos anecdóticos que se refieren a personajes excesivos que con el transcurso de la lectura se vuelven entrañables o de plano repulsivos, jamás ignoramos su originalidad ni su distinción. El inconveniente: la concisión del autor de quien a veces se extraña que suelte la pluma, como se dice coloquialmente; en resumen, lo malo es que termina demasiado pronto. Obra imprescindible para entender a Borges y el desarrollo posterior del llamado Boom latinomericano. Sólo para aquellos que les gusta la literatura y la reflexión, no apta para quienes quieran pasar el tiempo o perderlo.
Ygles Chacin Herrera Yobeida

No hay comentarios:

Publicar un comentario