martes, 28 de julio de 2009

Contra la inercia

Es obvio que nos volvemos más productivos perseverando en lo que hacemos pero justamente eso es lo que más difícil nos parece. Llegamos a una situación en la que ser perseverante es una forma de ser contracultural. Pareciera que cada vez hay más personas a quienes les sucede que si tienen que leer (o simplemente prestar atención), y en una medida que consideran demasiado, ni se les ocurre aplicarse en ello y perseverar. Y lo que resulta bastante asombroso es que el demasiado suele ser increíblemente poco en relación a lo que realmente podrían. Es algo que está claramente evidenciado.Vivimos en una cultura que fomenta esta indolencia (podemos sobrevivir en tal estado) y es necesario alertarnos para trabajar en dirección opuesta ya que estamos desperdiciando potencial volviéndonos sumamente dependientes de que todo se nos facilite, lo cual erosiona en gran medida a nuestra responsabilidad.

No es más importante lo que nos exijan otros que lo que nosotros estemos dispuestos a exigirnos. denis

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